Poder pasar las reuniones y encuentros laborales al formato digital ha ayudado a hacer que podamos seguir viendo a nuestros compañeros a pesar del trabajo a distancia. Pero lo cierto es que, aunque a priori pudiese parecer una solución ideal, estos encuentros digitales nos están agotando.
Es lo que se conoce como “fatiga por reuniones”, una extenuación mental derivada de esta nueva forma de comunicarse que pone a tu cerebro al límite. Si estás experimentando cansancio y un hastío generalizado hacia los encuentros digitales, te decimos cómo poder hacerle frente para que no te afecte en tu día a día.
Las reuniones en línea nos ha permitido compensar el aislamiento social provocado por el HomeOffice, la cuarentena y los toques de queda en algunas ciudades.
La buena noticia es que puedes cambiar esa sensación negativa de ansiedad y cansancio que te provocan todas las reuniones.
1.- No abusar de las reuniones
Puede que no siempre dependa de ti, pero evitar el exceso de reuniones en la medida posible, especialmente ahora que es posible que todas ellas sean videollamadas, reducirá el nivel de «fatiga por reuniones» por obvias razones.
“Muchos jefes de equipo quieren saber que los trabajadores están trabajando y la única manera que tienen es convocando una reunión detrás de otra. Hay un abuso de las reuniones que en un entorno presencial no se harían”, considera Gris. Frente a esto, nunca antes había sido tan necesario como ahora “reducir estas a las imprescindibles y convocar solo a las personas esenciales”, aconseja la experta en bienestar.
2.- Sustituye algunas videoconferencias por llamadas o correos electrónicos
Según las expertas consultadas, para todo aquello que se pueda solucionar con un mensaje por Slack o un correo es conveniente evitar las videollamadas.
Y para aquellas ocasiones en las que necesites hablar algo más detenidamente, recuerda que siempre puedes optar por el teléfono: ahora parece que es imprescindible verse porque hemos normalizado las videollamadas, pero no tiene por qué ser así.
“Incluso a los clientes puedes comentarles ‘¿oye te importa que lo hablemos por teléfono en lugar de videollamada?’, de esta forma puedes ir caminando o estar de pie durante la llamada”, aconseja Sánchez.
3.- Desconecta tu imagen para no verte
Cuando tengas que utilizar la videollamada, puedes optar por algo tan sencillo como desconectar tu cámara. Así al menos podrás desprenderte de la presión de “verte expuesto” y la desagradable sensación de estar todo el tiempo analizándote.
Muchas empresas piden a sus equipos que activen sus cámaras para que los otros miembros puedan verte, pues en general resulta más agradable y humano. Pero recuerda que en ningún caso se te podrá obligar a tener la cámara encendida si no te sientes cómodo con ella o si decides no hacerlo.
4.- Evita el Multitasking
Reconócelo, en más de una ocasión durante una videollamada has aprovechado para mandar un correo, seguir una conversación por el móvil o incluso hacer un comentario a algún compañero vía Slack. “Cuando entrabas en una reunión presencial apagabas tu móvil o lo mirabas de refilón. Ahora, con las videollamadas, no estás solo en la videollamada, sino que estás atendiendo a los correos, a los WhatsApp… esta multitarea te agota”, analiza Sánchez.
Puede que estemos muy (mal) acostumbrados a hacer varias cosas a la vez, pero lo cierto es que la evidencia apunta a que esto no tiene tantos efectos positivos como podrías pensar, al menos en lo que a recordar la información se refiere. Si mantener una charla por vídeo conlleva que tu cerebro necesite un mayor grado de concentración, entonces ayuda a tu mente a centrarse en ello.
5.- Haz una pausa
El monitor de tu ordenador se ha vuelto más que nunca la ventana que te conecta con el mundo. Y cuando no estás en tu ordenador, estás comprobando tu WhatsApp o subiendo una foto a Instagram. En resumen, te pasas el día mirando una pantalla. Por ello ambas especialistas remarcan lo imprescindible que se ha vuelto hoy hacer pausas, pero hacerlas alejados de las pantallas y primar en ellas cierta actividad física.
“Debemos marcar unas horas casi obligatorias de descanso de unos diez minutos, en los que te tengas que levantar”, aconseja Gris. No significa que tengas que correr entre tarea y tarea, pero puedes aprovechar estos descansos para caminar o bajar a la calle y desconectar 10 minutos mientras das una vuelta a la manzana.
Y tú ¿Has presentado fatiga por reuniones?
Fuente: www.welcometothejungle.com